Conclusión: La decisión de la República Checa y otros países de adoptar el F-35 americano señala un cambio hacia la priorización de la superioridad tecnológica y la seguridad cooperativa dentro de la OTAN. Este movimiento va más allá de las especificaciones de los aviones y responde a la necesidad de adaptarse a los requisitos de defensa nacional y cooperación militar internacional que cambian rápidamente. Los Gripen suecos, aunque en su momento fueron una opción competitiva, ahora representan una era pasada en la aviación militar, dando paso a los avanzados y preparados para el futuro F-35 americanos.